sábado, 18 de abril de 2015

                     

               ¿RATO EN EL PAPEL DE TELONERO...?


                     «Cosas veredes, Sancho, que farán fablar las piedras»

                                                                          Miguel de Cervantes 




El espectáculo, entre circense y patético, ofrecido con la no detención de Rodrigo Rato resulta inexplicado con las ofrecidas por algunos miembros del Gobierno y de las manifestaciones hechas hoy por su presidente, Mariano Rajoy. Tampoco valen gran cosa los innumerables comentarios aparecidos en los medios de comunicación y, muchísimo menos todavía, las habituales e incendiarias condenas expresadas por muchos dirigentes políticos de la oposición. Y es que, en este país nuestro. en donde la más apestosa marrullería subterránea suele caracterizar buena parte de la vida política, todo apunta a que tras las bambalinas de la escena hay gato encerrado.

Si Rodrigo Rato venía siendo investigado desde hace tiempo, como ha afirmado la Fiscalía de Madrid, parece lógico pensar que el fiscal que ha pedido con tan rara precipitación la actuación del juez de guardia, habría de tener en su poder mucho más que sospechas o indicios para organizar el linchamiento mediático del ex-vicepresidente del Gobierno, ofrecido en directo con imágenes que inmediatamente han dan dado la vuelta al mundo y no, precisamente, para mejorar el buen nombre de España. Quiero decir que, si a tenor de las pruebas ya existentes no se ha procedido al encarcelamiento de Rato, ¿por qué se ha presentado un simple registro domiciliario como si fuera la quema de un reo condenado por la Inquisición en la hoguera encendida en medio de una plaza pública? Me reitero en la impresión que en todo este montaje hay cosas que se nos escapan y hasta puede que se trate de las más importantes. Mi impresión es que hemos asistido al primer acto de una función que no ha hecho más que empezar.

Esta sensación de pieza inacabada no se habría producido si, después del bochornoso espectáculo montado “urbi et orbi”, Rodrigo Rato Hubiese sido arrestado y conducido a la cárcel bajo acusaciones tan concretas como bien especificadas. Pero no, ¡qué va!, después de ser exhibido como un Ecce Homo, Rato queda en libertad sin cargos y se va a su casa tan campante en vez ser conducirlo al calabozo. ¿Tanto ruido para eso?





Como esto no es razonable, en España casi nada lo es, me atrevo a pensar que Rato ha sido utilizado como telonero de una corrida que no ha hecho más que empezar y en la que, por seguir con el símil taurino, los primeros espadas todavía no han iniciado el paseíllo. Si mi intuición se cumple, no tardaremos en ver que el cartel que nos han preparado será de verdadero “tronío” y, desde luego, compuesto por figuras no pertenecientes al Partido Popular. Después del precedente ofrecido con Rato, nadie podría acusar al Gobierno de utilizar a la Justicia con la turbia intención de influir en los resultados de los próximos comicios. Si algún destacado elemento del Partido Socialista fuese detenido y mostrado ante la plebe con el mismo sambenito infamante usado con el que fuera vice-presidente del Gobierno y director del Fondo Monetario Internacional, el Gobierno de Mariano Rajoy podría decir, con sobrada razón y muchas posibilidades de ser creído, lo mismo que en esta ocasión ha declarado García Montoro, ministro de Hacienda: que no le preocupan “lo más mínimo ni nombres ni apellidos” y que si “la ley está por encima de amigos y compañeros”, ¿por que no va a estarlo cuando el delincuente o delincuentes pertenecen a partidos de la oposición?

No cabe duda que poner a Mariano Rajoy en el papel de adalid en la lucha contra la corrupción, que aflora por todas partes a donde se mire, sería una jugada maestra de alta estrategia política. El tiempo lo dirá...

  


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